A los cristales polarizados se les aplica un filtro solar químico. Las moléculas están alineadas de una forma específica para bloquear parte de la luz evitando que pase a través del lente. 
El filtro crea aberturas verticales para la luz. Sólo pueden pasar a través de esas aberturas los rayos de sol que lleguen a sus ojos en sentido vertical. Los cristales bloquean todas las ondas de luz horizontales que se reflejen, por ejemplo, sobre un cuerpo de agua tranquilo o sobre el capó brillante de un automóvil.

Como resultado, la imagen que se observa a través de los lentes polarizados es ligeramente más oscura de lo normal, pero los objetos se ven más nítidos y con mayor claridad, y es más fácil distinguir los detalles.